sábado, noviembre 25, 2006
EL ALDABONAZO DE VARELA
La pasión por la Patria para muchos es como el pavo de Thanksgiving para los cubanos en Miami, todos lo sirven en la mesa pero cada cual lo adoba a su manera, al final del guanajo pelegrino solo queda el nombre y la tradición asumida. No cabe duda que nuestro colega caricaturista José Varela, es un pilar talentoso en el campo del humor del exilio, podriamos decir sin dudas el mejor hasta el momento, para colmo es karateca, o sea da golpes en el papel y en la realidad si asi lo demuestran sus circunstancias, una vez más ha aflorado el mambí insurrecto, y la carga al machete ha descendido barranca abajo y sin freno, y con ello ha salido del aire el mejor humorista gráfico del exilio; de nada vale los atenuentes, los incuestionables meritos, el estrés, la desesperación, el divorcio en fin los miles de razones que explican semejante reacción, el salto al vacio se ha consumado y ahora la justicia tiene en sus manos extender la red de salvación para atenuar la caida o dejarle hacerse estrellas en el suelo, Eduardo Chibás hizo lo mismo en su momento, y no consiguió nada salvo su sacrificio personal, el disparo se escuchó, y aún resuena en las páginas de libros y en tertulias patrióticas pero su efecto fue nulo, pues no había oidos que escucharan el mensaje, porque ayer como hoy, nadie escuchaba, mi colega Varela esta pasando por un mal momento, y todos debemos ayudarle, de la unica manera que es posible y efectiva, no nos diluyamos en analisis estériles, no llamemos al Patriotísmo, o a la más rancia militancia ocasional, seamos por una sola vez receptivos al mensaje y su efecto, no son los aldabonazos, ni los golpes de estado, ni las acciones suicidas los que cambian la historia para bien, para empezar, comenzemos a escuchar con honestidad, el llamado de la etica, los principios humanos, la decencia y la moral cívica y hagamos este acto de conciencia frente al espejo, que sólo ante nuestra propia idiocincracia y defectos encontraremos la respuesta del aldabonazo de Varela.
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1 comentario:
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RESPUESTA AL SR. MANUEL PRIERES
Por José Varela
Caricaturista de El Nuevo Herald
La Nueva Cuba
Junio 24, 2003
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Primero, Sr. Manuel Prieres, aunque no le conozco permítame llamarle siempre por su nombre: Manuel Prieres. A los hombres se les llama por su nombre cuando se escribe sobre ellos y se les mira a los ojos si es que se les habla frente a frente. Usar otro estilo, lo autodegrada a uno. Es como un boomerang.
Usted me llamó: El Caricaturista. Yo pudiera llamarle: el Desconocido. Porque usted me conoce por caricaturista pero yo a usted no le conozco por nada. Lo juro por mis hijos. Pero ya le digo, no es justo y resulta ofensivo. Así que usted es para mí: el Sr. Manuel Prieres.
Vamos al grano, trato de resumir en dos cuartillas lo que usted necesitó hacer en cuatro.
Creo descubrir que me acusa de desagradecido, porque viniendo por El Mariel, recibiendo ayuda y bienvenida del exilio, ahora lo ataco o lo critico. Pues NO. No tengo nada contra el exilio. Nada contra los miles de voluntarios—entre ellos mi esposa---que en Orange Bowl nos dieron cobija y alimento. Nada contra las madres que dejan su juventud y belleza en las factorías de Hialeah con salarios mínimos, algunas humilladas y vejadas sexualmente. Nada contra los viejitos de los comedores. Nada contra los padres que con dos y tres trabajos han educado a sus hijos en universidades. Nada contra los desamparados cubanos y latinos que viven bajo puentes. Nada contra los inquilinos de casitas del plan 8, saqueados por depredadores negociantes que se autoproclaman “educadores”. Nada contra los guerreros como Tony Cuesta, que perdieron la vista, los brazos y la vida yendo a pelear a las costas cubanas.
Sr. Manuel Prieres, mi lío es contra el botellero. El politicastro demagogo. El oportunista. El administrador municipal ladrón. El comisionado ventajista. El traficante de influencia. El manipulador de la prensa para fines personales. El picador recaudador de fondos en colectas radiales patrióticas. El creador de organizaciones NON PROFIT que termina de vacaciones en Costa Rica con el dinero de los ingenuos y que es ayudado por leyes de políticos locales con cuentas en Las Bahamas para evadir el pago de impuestos y el escrutinio del FBI. Esos son los pequeños Castros que tenemos que erradicar entre nosotros. Nuestro pueblo no puede vivir un futuro con nuevos Castros de cuello y corbata.
Ahora, respecto a su ataque personal “sicoanalítico”. Obviando inexactitudes geográficas debido a chismes—soy de Las Villas no de Camaguey. Pasando por alto que es usted un lego en arte gráfico—a mis garabatos se les llama “desdibujar”, que los expertos dicen es más difícil que “dibujar” porque radica en “qué NO poner en lugar de QUÉ poner” y es una expresión gráfica simplificadora que sacrifica la forma por el concepto. Y haciéndole caso omiso a su ofensa de que se soy un servil cumplidor de órdenes--incluso es al revés, se me edita todo el tiempo. Y hasta en varias ocasiones he ido contra la línea general del diario… casi un crítico de ella (véalo en lo de la guerra de Irak). Bueno… dejando de lado esas trivialidades suyas. Voy a lo que voy.
Porque finalmente usted me reta, Sr. Manuel Prieres. Y veamos sus retos. Uno es, a que yo haga más maratones comunitarios que dos locutores (Uno amigo mío: Fusté. El otro no: Pérez Roura). Como si la vocación de ayuda comunitaria fuese competencias maratónicas. Como si el amor al prójimo necesitase de una carrera de un día y no de un sentimiento de toda una vida.
Luego el otro reto que usted me hace es para acumular más horas de patriotismo que cierto técnico de aire acondicionado. Como si el patriotismo se midiera por horas. Y hubiera que apuntarlo en una tarjetica de entrada y salida. Y nada más triste que proponerme esa acumulación de horas, aquí en el exilio. Pero aceptémoslo aquí en Miami… ¿cuántas horas de patriotismo hizo mi abuelo que se levantaba día a día a las 4 de la madrugada para echar gasolina en un garaje durante 10 horas y luego ir a cuidar a sus nietos—mis primos--que llegaban de la escuela para que fuesen cubanos dignos y preparados para el futuro? ¿es eso patriotismo o no lo es?... ah, pero mi abuelo nunca se tiró en la bahía de Miami ante las cámaras de televisión de los noticieros como el técnico de aire acondicionado—vea ahí la diferencia entre hacer las HORAS con el corazón o con la mente. ¿Y cuántas horas de patriotismo hay en un año, nueve meses y diez días en calabozos y campos de concentración alambrados en Camaguey por estar preso en el servicio militar? Mi querido Manuel Prieres… allí YO medí mi tiempo no por horas sino por minutos, por segundos. Y yo no era técnico de aire acondicionado que cobraba en dólares… me hacían cortar caña… de seis a seis. Castigado. Con unos diez pesos cubanos al mes. Ni estaba ante las cámaras de televisión reflejando mi odisea diaria como un héroe de pacotilla.
Señor Manuel Prieres, sus retos son risibles porque no son de caballero sino de mamarracho. Ojo con lo de mamarracho. Que el hombre ha de ser consecuente con sus palabras. Y yo, con cada uno de mis críticas a personalidades locales, he estado dispuesto a encarar una reacción de parte de cada uno de ellos. Algunas han sido verbalmente ofensivas en el caso de Pérez Roura (es su estilo). Otros--políticos al fin--usan la demagogia gastronómica invitándome a desayunar o a almorzar en restaurantes de lujo para explicarme su plataforma política, sus amigotes y neutralizarme---cosa que jamás acepto ni aceptaré.
Bueno, Sr. Manuel Prieres. Sea consecuente con sus actos. Yo sí lo reto pero a una realidad sin horas ni maratones. Si acepta… es usted un caballero. Si no, todos sabrán que usted, cuando provoca, no da la cara como yo. Lo reto a vernos en el basurero de las afueras de Hialeah. Escoja sus padrinos, ya sean sus amiguitos de cafetería. Yo llevaré a Cuco Y Eusebio, dos desamparados del Mariel a los que les llevo comida debajo del puente que está cerca de mi hogar. Ellos son los seres humanos más correctos que he conocido en mi vida. La primera vez que le llevé ayuda a uno, me dijo: ¿Qué debo hacer para reciprocar esto… le lavo el carro… le llevo los mandados del supermercado?----y yo sólo le dije: “sea como ha sido usted hasta hoy… digno”
Lo espero cuando usted me diga. No se asuste que esto no es un duelo. Es para mirarle a los ojos a ver quién es usted. Con que lo sepamos y lo compartamos Cuco, Eusebio y yo, me basta. No vine a vacilar a esta vida como usted sugiere: vine a enfrentarme con gente como usted. Hace tiempo he descubierto que esa es mi razón de existir.
Jose Varela
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