viernes, diciembre 05, 2008

UNA HISTORIA QUE TIENE CASI 40 AÑOS...

Ni perros, ni alcohol, ni mujeres

Pensando en el vaso de guarapo frío, y en lo que el vietnamita me había dicho, me puse a reflexionar que estaba estudiando arquitectura, por puro accidente del destino.

Luego de haber sido admitido en el 1968 para estudiar Dibujos Animados en el ICRT, pasando un proceso riguroso de selección de entre más de 2000 aspirantes, de los cuales solo 18 habían sido aceptados, yo era el benjamín del grupo pues solo tenía 17 años cuando el resto del grupo eran experimentados profesionales del mundo de las editoriales, las artes plásticas o la Televisión, quiso el destino que faltando solo una semana para finalizar el curso, luego de pasar casi un año estudiando de día en el Pre-Universitario “Turcios Lima” de Ayestarán y de 8 a 11 de la noche, en el ICRT en los altos del restaurant chino ‘Mandarín”, al lado mismo de los estudios de Radio Reloj, fuí llamado a una reunión con el compañero: Papito Serguera, donde se me informó que debido a que el ICRT iba a ser militarizado, los jovenes que conformarían su plantilla y estaban en edad militar quedaban a disposición de las F.A.R., o sea que iban a trabajar todo el tiempo por 7 pesos al mes como reclutas del S.M.O. ( Servicio Militar Obligatorio ), ante esa tremenda tarea de ser un glorioso miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, decidí que mi vocación podía esperar otra oportunidad y me fui del curso sin graduarme, total que en el Pre ya estaba en la lista de los que irian al Pre- Yaguajay, una suerte de confinamiento militar para convertir y controlar a jovenes pre-universitarios en futuros soldados o técnicos del ejercito, o sea pasar el S.M.O. sin dejar de estudiar y asi además sacar de las calles a una buena parte de la juventud que estaba recibiendo de muchas fuentes las nuevas visiones del mundo, incluidas desde luego las posturas hippies y la nueva ideología anti-bélica, pro-amor libre y de experiementación con las drogas, todo esto hizo que no me quedara más remedio que buscar una solución intermedia que me permitiera escapar de lo que yo pensaba sería la peor de las situaciones por venir.

Pasé los 3 años más duros de mi vida, porque al final me atrapó el ejercito, como becado en el sistema de escuelas tecnológicas de entonces, el uniforme verde terminó por ser la prenda diaria de mi generación en esa terrible etapa; nos hicieron zapadores porque eramos técnicos de la construcción y eramos afín a los explosivos, nos entrenaron para destruir, para ser carroña de tiñosas si cometiamos errores pues el zapador “ solo se equivoca una vez” y sufrimos 3 zafras completas, y para escapar de esa situación aprendimos a cortar tendones de las manos de nuestros amigos y compañeros que no aguantaban más la ausencia, el hambre, el maltrato, el abuso y sobre todo, las ganas de vivir de gozar lo que todo joven a esa edad necesita, de tener que soportar meses de trabajos forzados, lluvia, frio, calor, solo cañas, machetes y el deseo incontenible de decir…BASTA!


Salimos para Camagüey, el 5 de diciembre de 1969, embutidos en rastras de cargas sin ventanas, solo con las puertas traseras abiertas totalmente, hacinados como reses, con una parada en el diente de perro de la costa de Matanzas para un almuerzo seco y frio, y luego horas de carrteras y pueblos que se iban alejando, dandonos la sensación de que estabamos cayendo en un hoyo interminable, alguien comparó la escena con los trenes donde los nazis llevaban a los judios a los campos de exterminio, la imagen pasó fugaz en muchas mentes, pero nadie comentó el chiste, a cambio, para alejar el augurio todos cantabamos coreando las canciones del enemigo con la única guitarra del contingente, que nos turneabamos para tocar entre varios en un concierto de casi 24 horas.

Llegamos a un campamento que había sido desmantelado y cuyos anteriores ocupantes fueron los reclutas de la UMAP. Rodeado de alambradas dobles con alambre de púas, torres en cada esquina y que parecía más una prisión que un campamento de cañeros. Alguien repitió el comentario sobre los judios, pero esta vez, el presagio hizo nido en todas las mentes, el panorama era aterrador.Estuvimos la primera semana acondicionando el lugar, retirando las alambradas, pintando las paredes con cal , borrando mensajes y escritos de personas que sufrían algo que no lograbamos comprender, pero la energía del lugar tenía una carga que muchos llamaron “Olor a Salación “, y el tiempo les dio la razón, porque luego de estar un mes comiendo solo yuca en todas las formas posibles, pués los suministros no llegaban hasta el mes de enero, fecha oficial de inicio de la Gran Zafra de los 10 millones, tuvimos que explorar los alrededores en busca de algo diferente para comer, así robamos un pavo que degollamos y cocinamos sin sacarle las entrañas, eso lo supimos después, a la hora de comernoslo, pero el hambre fue más fuerte que el escrúpulo y del ave solo quedó la carcaza limpia que enterramos con las plumas para no dejar rastros del delito, también nos superamos cuando comimos huevos crudos de nidos ocultos en la sabana, descartando los cluecos con sus olores y mal aspecto, eran todo un festín que aplacaba el estómago y la imposiblidad de seguir comiendo yuca hervida, frita, en dulce, en puré, etc, solo con el pasar de los años pude volver a degustar ese tubérculo tan criollo.
Pasado casi un mes, comenzó la odisea de trabajar de 7 de la mañana a 12 del día y de 2 de la tarde a las 7 de la noche, de lunes a sabado, con un domingo rojo por mes, ese paso de trabajo, descompensó a la mayoría, y no tardaron en aparecer los accidentados, heridos por “mala manipulación de los machetes en el corte”


Casi siempre elegiamos los dias de lluvia, para justificar el accidente, sólo participabamos dos: la victima y el ejecutor ( que no podía ser el mismo siempre para no levantar sospechas en los responsables ), primero los preparativos previos: afilabamos bien el machete con la lima china, y en este caso lo asentabamos bien con una piedra de asentar que teniamos guardada para estos menesteres, después, marcabamos bien el corte sobre el guante, con la mano del “cortado” dentro, en todos los caso ubicabamos bien donde quedaba el tendón del dedo indice de la mano izquierda con el guante puesto, palpando bien, y a continuación apoyando el filo sobre un trozo de caña que metiamos en el guante, haciamos un corte suave en el area hasta dejar bien abierta la zanja y se enguantaba de nuevo para apreciar el tendón, entonces alguien avisaba a todos en el complot para que vigilaran cuando el jefe de campo se alejara del lugar, una vez listo, colocabamos la hoja bien afilada del machete sobre la piel que cubría el tendón y con la lima se propinaba un golpe seco, fuerte y unico pués no había una segunda oportunidad , ya que los médicos militares a donde con urgencia iba el herido sabían detectar un doble corte sobre el ligamento del tendón, y eso conllevaba un delito de auto-agresión penado por la leyes militares a 6 años de prisión.

-“La lima blande en el aire, baja en un golpe seco, ¡ Clack ¡ el sonido metálico se escucha apenas a dos platones de caña a la redonda”, al principio, el corte es limpio y se ve como una linea roja fina y recta y cuando la abrimos suavemente brota la sangre roja a borbotones y entonces el herido debe tratar de mover el dedo indice, si no puede, entonces el tendón ha sido cercenado y ha sido un éxito la “operación” sino ha perdido la oportunidad de escapar por al menos 6 meses que es el tiempo que demora el proceso de recuperación luego de la operación quirúrgica incluida la terapia para recobrar el movimiento del dedo.

Entonces hay que formar el consabido aspaviento del supuesto “accidente por culpa de la lluvia que hace que la caña resbale”, el herido es llevado con urgencia por un “voluntario” que se rota entre los que estaban al tanto de todo, y que recibía un pase “no planificado” porque llegar al hospital provincial ( casi siempre era el de la ciudad de Morón a muchos kilometros de distancia) tardaba unos 3 días para toda la gestión ya que el herido una vez operado, debía esperar un día a que la inflamación bajara para entonces enyesar el brazo para inmovilizarlo y dejar que la sutura y reconexión del tendón queden protegidos. Casi siempre por lo largo del trayecto desde el campamento al hospital ( a veces casi todo un día ), el tendón cortado se iba contrayendo y para reconectar ambos extremos durante la operación había que localizarlo mediante una incisión a lo largo del antebrazo que podía llegar casi al codo, dejando una cicatríz larga como marca de la hazaña.

La llegada del “accidentado” era todo un acontecimiento, sabiamos que seria enviado a su casa por el tiempo de recuperación y todos habíamos preparado cartas a los seres queridos ( sin censura ) ya que sospechabamos que las enviadas a traves de los medios oficiales eran husmeadas y leidas por las entidades de inteligencia militar para detectar, estados de opinión, posibles filtraciones y potenciales enemigos.

La sonrisa del herido, contrastaba con la actitud de desconfianza y recelo de los jefes, que siempre advertían sobre el castigo y las consecuencias del delito de “deserción en campaña” que era como ellos denominaban, lo que nosotros llamabamos pasaporte a la libertad por lima y machete. No todos estabamos dispuestos a herirnos para escapar, en mi caso tocaba la guitarra y una herida de esas características me podía inhabilitar de por vida, por lo que preferí soportar lo mejor posible ese martirio. En el campamento cuando no estabamos cortando o alzando caña, no la pasabamos tan mal, escuchabamos a escondidas los sabados a la BBC de Londres el programa Ritmos, con Juan Peirano, donde nos manteniamos al día de lo último en música sobre todo de nuestros idolos: The Beatles, y cantabamos sus canciones a pesar de las criticas de los militantes de la UJC y los jefes, algunos conocieron la música de rock con nosotros, y eso les acercó mucho rompiendo la distancia que existía entre grupos de origenes diferentes, uno de ellos fue la brigada que llamabamos Los Negrones, que era un grupo de negros venidos del Plan Lechero para formarlos como técnicos en dibujo mecánico y topográfico, todos ellos habian hecho muy buenas migas conmigo por el asunto de la guitarra y porque yo les dictaba cartas para sus novias, eran jovenes de una estatura superior a la nuestra, fuertes, campesinos de monte adentro, muy nobles pero muy violentos si se les retaba, estaban criados a pura leche de vaca y viandas, y como buenos amigos estaban siempre pendientes de mi.

Un domingo que descansabamos solo medio día, me encontré recorriendo los alrededores del campamento con Poly- asi le llamé, una perrita chiquita, blanquita de pelo corto, que al parecer estaba “jíbara” como le llamaban los guajiros de la zona a los perros sin casa ni dueños, y al principio se mostró desconfiada, pero hambrienta, entonces fui a la cocina y le llevé un poco de sobra, que devoró sin masticar y así en menos de una semana ya la tenía amaestrada, fiel y cariñosa, me seguía a todos lados, dormía bajo mi litera de hierros viejos, hasta que un día el sargento político me llamó y me dió la orden fatal:

- Tienes que sacar a ese animal del campamento, por razones de salud no se permiten animales en los albergues.

- Pero, si la única normal es la perra, todos los demás estan locos.- Le repliqué
- ¡ No te hagas el gracioso, Pong, y saca a la perra, es una orden !

Sabía que esa orden provenía del director del campamento, que no soportaba que al menos por momentos la Poly proporcionara alegría a los muchachos con sus juegos y presencia, su complejo por la baja estatura lo trataba de encubrir con un despotísmo que rayaba en el más acérimo machismo guajiro criollo, además nos habiamos negado a compartir la única guitarra del campamento con ellos, los jefes y eso era un asunto pendiente. No pasó una semana y la Poly amaneció muerta, decapitada, tirada en el hoyo donde se quemaba la basura. La impotencia y la rabia no me dejaba ni respirar, lo peor era que no sabíamos quién era el autor de semejante barbarie, pero sospechabamos de donde provenía la orden, al regreso del corte no me bañé ni fuí a comer, los negrones del campamento se me acercaron y se ofrecieron a averiguar quién había sido, para aflojar me pidieron que les tocara un rato la guitarra, acepté y fui en su busca, pero no la encontré, ya eso era demasiado, y salimos a buscarla por todas partes, revolvimos el campamento pero nadie la tenía, a las 10 de la noche vino el toque de silencio y todos nos fuimos a dormir. No pude pegar los ojos en toda la noche.

En la mañana siguiente durante el desayuno, se ordenó formación en la emplanada del campamento, creimos algunos que se iba a explicar el calendario de salidas de pase de visitas que ya llevaba dos meses de atraso, cuando lo acordado eran 5 dias de permiso por cada 45 dias de trabajo durante la zafra, y más cuando esa era la famosa Zafra de los 10 millones.

El director a quien todos llamaban en secreto “ El Enano” que siempre destilaba un exceso de guapería, se paró en medio de la plaza improvisada, y sin ninguna consideración, nos dijo:

- Como todos saben, las metas de alcanzar los 10 millones de toneladas de azucar en esta Zafra, está en peligro debido a las dificultades que todos sabemos, y como nuestro compromiso es con el comandante en jefe y la Revolución, He decidido que todos vamos a renunciar al pase programado hasta tanto no cumplamos con el millón de arrobas de caña cortada que es nuestra meta en esta contienda, asi que he dispuesto que les entreguen a cada uno de Uds, una postal muy bonita, para que le escriban a sus madres, las feliciten y les expliquen la razón por la que no los tendrán con ellas este año, y los que tienen la madre muerta van a tener que esperar a que cumplamos para llevarle flores a donde esten enterradas, eso es todo, terminen de desayunar y salgan inmediatamente para el corte…

Nadie se movió, se podía escuchar el vuelo de una mosca, todos petrificados, digiriendo el insulto, la burla, la prepotencia de semejante personaje, por fín Montes de Oca, el jefe de nuestra brigada rompió el silencio y preguntó:

- ¿Y nadie pensó consultarnos antes de tomar esa decisión ?

Y la respuesta vino como una ola cargada de amenaza:

- Aquí solo hay hombres, y los que no se consideren como tal, van a tener que salir a cortar caña de todas maneras aunque sea sin pantalones, es una orden y estamos en tiempo de guerra, y en una batalla a los flojos, a los traidores y a los indiciplinados se les fusila y ya está.

Y dando la media vuelta El Enano regresó a su madriguera, dejando al sub-director un pobre secundon, tratando de aplacar los animos.

Esa noche, después de la comida, en el albergue principal, los negrones comenzaron a tocar un guaguancó, suave y cadencioso al principio, como para ir calentando el ambiente, pasada una hora se había convertido en un bramido salvaje donde todos participaban frenéticos, el coro decía: enano cabrón, enano cabrón… y así se enardecían los animos, el ritmo lo daban con los machetes y mochas sobre los parales metálicos de las literas, los cubos y latas donde se calentaba el agua de bañarse o de lavar la ropa, en el piso, y cuando ya la horda estaba delirante, alguien entró y dijo:

- ¡ Ellos tiene la guitarra y la piensan cambiar por un puerco a un campesino de la zona, me lo dijo Urbay el cocinero ¡

No sé quien dio la orden o si fue un acto espontáneo, alguien rompió el clamor y una multitud histérica cargando machetes, mochas, palos y mucha rabia se abalanzó contra lo que llamaban la madriguera, que era la nave donde estaba el comedor-cocina-almacen y cuya última sección la ocupaban los jefes con sus camas y pertenencias, también estaba el polvorín donde se guardaban las armas reglamentarias: fusiles y balas, los valientes responsables, heroes de batallas de la clandestinidad en Santiago de Cuba, voceros del pensamiento del comandante en jefe ante nosotros, en fin los jefes, salieron por la parte posterior del campamento aprovechando la oscuridad y la confusión para salvar su pellejo, abandonando la guitarra en la estampida. el linchamiento era lo que les esperaba si caían en manos de la turba ofendida, la ola de freneticos atravesó la nave, Urbay el cocinero y sus dos ayudantes observaban pálidos la escena, nadie logró alcanzar a los fugitivos, que se los tragó la noche.

Todo el campamento de disolvió en un instante. Por la linea del tren que iba hacia el Oeste, partieron grupos alterados, camino al pueblo de Florida cuya pizzeria estaba abierta las 24 horas del día, hacia el Este partimos nosotros rumbo a Vertientes, sin saber a ciencia cierta que hacer en lo adelante.

Estuvimos 2 días rondando las callejuelas, yendo al cine, comiendo pizzas, panes con tortillas y mucho guarapo y guachipupa ( una suerte de refresco de fresa aguado y sin enfriar ) , regresamos poco a poco a un campamento sin jefes, sin control, sin suministros, parecía un paisaje después de la batalla como diría Wadja, al cuarto día cuando todavía no estaban todos de regreso, llegaron los nuevos jefes, vestidos de verde olivo, de uniforme completo, con grados y bien armados, en jeeps y camiones llenos de soldados, como para un combate, nos reunieron en la misma emplanada donde todo comenzó, y de forma persuasiva nos prometieron que ya los antiguos jefes habían sido removidos de sus cargos y que una nueva etapa comenzaría, nos prometiron el cumplimiento de los permisos de descanso y hasta hablaron de mejorar la alimentación, nos solicitaron colaboración, que devolvieramos parte de las armas ( que nunca aparecieron ) y que nos esforzaramos en ser más disciplinados, el acto terminó con la noticia que en esa misma semana, seriamos concentrados en un estadio de la ciudad de Vertientes para partir en un tren de más de 28 vagones, hacia la capital.

Y asi fué, durante el recorrido se pasó la consigna entre todos, de que nos debían 15 dias de descanso y no una semana como se nos informó, asi que pasada la semana oficial, de los 28 vagones solo regresaron 3 con personal, el resto nos quedamos por otra semana, y fuimos cazados uno a uno por las calles de la Habana, a mi en el dia 13 de permiso, me capturaron en la parada del Coopelia junto a mi amigo Isidro, y fuimos presos en una guaguita VW hasta Manga Larga, grúa 18, donde estuvimos cortando caña con el agua hasta las rodillas, durmiendo en vagones metálicos de carga de tren , comiendo algo de comida, fría y poca y trabajando más de 12 horas al día, los mosquitos y los jenjenes eran parte de la tortura asi como el calor, sin luz eléctrica, sin radio, sin ver una mujer por cerca de 1 mes, y se nos advirtió – No se les ocurra tener un accidente de corte, pues el caserio más cercano esta a cientos de kilometros a la redonda, y asi fue, al regresar meses más tarde, todos pareciamos salidos de un campo de concentración nazi.

Cuando regresamos al campamento, estaba el Sr, Director como si nada hubiera ocurrido, al vernos lo primero que me dijo fue:

_ ¿ Eh…Y dónde dejaste la guitarra ?

No le contesté, pero solo tuve que esperar una semana, para escuchar en el comedor con todo el campamento alrededor del radio de pilas ruso, como el comandante en jefe le daba al pueblo de Cuba la triste noticia del fracaso de su Zafra de los 10 Millones…Y de que Van …Van, al terminar la alocución nadie dijo nada, todos se levantaron y regresaron a la barracas, yo estaba sentado frente a frente al Enano, él permanecía con la vista en el radio, sin escuchar los himnos y consignas de clausura, estuvimos estáticos por un rato lque se me hizo interminable, por fín el sr, director de levantó y se fué, yo me mantuve clavado en el banco de madera, saboreando segundo a segundo la debacle, el ridiculo, la inutilidad del heroismo de vitrina, de la gesta, anocheció y me quedé en la penumbra, los grillos celebraban también, esa noche dormí plácidamente, pensé en Poly, la guitarra, la fuga, el castigo y me dormí sonriendo. Una semana despúes regresamos a la ciudad, y de vuelta a los estudios de dibujo arquitectónico, del que me gradué con el primer expediente del curso, lo que me valió el pase para la universidad sin tener que trabajar antes, de todos modos el Plan de Estudio-Trabajo me atrapó, como a todos en esos años perdidos.

Por eso, al estrenar la nueva vida de universitario todo era un paseo, a pesar de las extensas entrevistas de ingreso, los interrogatorios para medir tu “nivel político y revolucionario”, y luego las asambleas de “ Ofensiva Revolucionarias” ciertamente un proceso de depuración donde se disfrutaba de un verdadero circo romano, donde se mostraba toda la inmundicia y lo peor del lado oscuro de los seres humanos, era una fiesta de miedo y oportunismo de la cual nadie salía ileso, y que marcó el destino de afeminados, homosexuales, desafectos al proceso revolucionario, jovenes de familias acomodadas, o simplemente ser diferente o demasiado inteligente lo que llamaban auto-suficiente, en un alarde de mediocridad colectiva nunca antes visto, o por el simple hecho de haber solicitado la salida legal del país ( como era mi caso ), si uno salía ileso de ese proceso, casi tenía ganada la batalla por un titulo universitario, que significaba un primer paso para escapar tarde o temprano por alguna vía del sistema.

Fue durante el tercer año de la carrera, terminada la Guerra de Viet-Nam que empezaron a llegar los nietos de Ho-Chi-Minh a estudiar en la CUJAE, llegaron con los ojos que denotaban asombro y un entusiasmo contenido, son educados y confiables dijeron algunos de los anfitriones, pero yo les notaba algo en la mirada que no era normal.
El arribo de los nietos del Tio Ho,coincidió con la llegada de los chilenos que escapaban de Pinochet, algunos muy humildes, otros muy “pijos” clásicos socialistas burgueses y la orden fue que no debían mezclarse los camaradas entre sí, asi que fueron ubicados en diferentes albergues en la zona que todos llamábamos La Beca, casi al final de la llamada Ciudad Universitaria “José Antonio Echeverría”, los vietnamitas no bien habían llegado y transformaron sus albergues en verdaderas granjas de producción agricola, para eso cubrieron las pocetas de las duchas con láminas de plástico negro ( polietileno usado para la agricultura en la isla ) y luego las rellenaron con tierra fresca y fértil que traían de diferentes lugares, y con ello improvisaron unos verdaderos huertos clandestinos donde sembraban cebolla, cebollino, verduras, ajies picantes, etc…y como no tenían forma de conseguir el famoso MSG, lo sustituían con pastillas molidas de ácido glutámico, que tenía el mismo efecto, también sembraban en los alrededores de los edificios de albergue, plátanos, coles y lechugas, la parte de las proteínas las conseguían con el unico vietnamita gay que habíamos visto jamás, era pariente cercano de un alto funcionario de su embajada en Cuba, y según nos contaban sus compañeros lo enviaron para evitar tener que incorporarle al ejercito de Liberación, que combatía a los norteamericanos en el Sur, decían que un maricón le bajaba la moral a los heroicos combatientes del Viet-Cong, asi que los pollos, la carne de puerco o de res les llegaba a los becados a través de La Condesa de Hanoi, que era como le llamaban la canalla criolla que le conocía, en referencia a la pelicula de Chaplin.

A mí por ser descendiente asiático, y por mi apellido y rasgos, fui aceptado por los vietnamitas que me invitaban a disfrutar de sus comidas, sobre todo de muchos de sus platos típicos que no conocía, asi probé la ensalada de corazón del tronco de la mata de plátano, que eran suave, transparente y combinado con otras verduras era muy sabroso, tambíen me deleitaba de su manera de hacer el pescado, el pollo o el puerco, y como dominaba a la perfección el uso de los palillos chinos, y les conseguía la salsa de soya china de la buena, y otras cosas, pués me apreciaban mucho, y me tenían confianza, asi un día que estabamos preparando uno de los mini-banquetes para celebrar el cumpleaños de un compañero, me confesaron que a La Condesa de Hanoi le habían regresado con urgencia por haber violado el código de honor.

Pasaron los días y la curiosidad no me dejaba tranquilo, asi que tan pronto pude crear una situación segura sin posibles escuchas, en un lugar a cielo abierto, le hice la pregunta a mi buen amigo vietnamita: - y…¿ Cúal es el código de honor, al que te referiste el otro día? Y mirando a todos lados me confesó:

- Cuando nos preparabamos para venir a estudiar a Cuba, nos hicieron firmar varios documentos y entre ellos estaba el compromiso del cumplimiento del código de honor, que consistía en las 3 cosas prohibidas para nosotros durante la estancia en la Isla.

- Ni perros, ni alcohol ni mujeres. O sea no podemos matar, cocinar y comer perro, ni tomar alcohol y de sexo con mujeres…NADA!

Lo que no aclararon entonces, que el sexo con hombres estaba incluido también, por lo que

La Condesa de Hanoi, hizo lo que sus hormonas le pedían a gritos y los machitos sobrinos del tio Ho, no le perdonaron el desliz.

Esa noche despejada la incógnita, de regreso a mi casa, me acordé de los años de Zafras, de los días dificiles, y me dejé batir por la brisa fresca que entraba por la ventana rota de la guagua 184,de regreso a mi casa y me dije:

- ¡ Qué clase de mierda es el socialismo, aquí, en Viet-Nam y en la conchinchina, asi que:

Ni perros, ni alcohol ni mujeres…

Por suerte estamos en Cuba…sonreí sardónicamente y tragué en seco:

- ¡ Coño, que bien me vendría un vaso de guarapo bien frio…!

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es un comentario acerca de el subhumano personaje a quien llamabamos El Enano.
Yo fui uno de los que estaba bajo su poder y puedo decir por experiencia propia que este individuo no tiene compasion ni humanidad.
Por aquellos dias sin duda algunos se cortaban a proposito con la intencion de ser enviados de regreso a La Habana. EN el caso mio no fue asi. Lo mio fue un real accidente. Yo era parte del cuarteto "mejor" del campamento. Mejor quiere decir que cortabamos mas arrobas por dia.
Yo usaba una mocha porque eso me permitia cortar 3 o 4 canas al mismo tiempo. Una manana como a las 9am estabamos en un campo de cana quemada, cortando tan rapido como podiamos para poder cojer un buen descanso a la hora de almuerzo y no tener que esforzarnos demasiados cuando el calor es peor, que es por la tarde. Al agacharme con la mano izquierda agarraba 4 canas y casi al mismo tiempo descargaba la mocha sobre ellas bien fuerte para poder cortarlas todas y no tener que dar un segundo mochazo. En una de esas ocurrio el accidente. Senti el golpe, grite y solte el guante izquierdo, deje caer la mocha y mire la herida. No salia sangre aun.

No sabia que hacer. No sabia en que direccion ir hacia donde caminar, pues estabamos tierra adentro y ni idea de donde estaba el terrapplen mas cercano. Al cabo de unos minutos de caminar vi a alguien y le pregunte. Despues que me dijeron me encamine al terraplen que estaria como a una milla de distancia. Espere ahi mas de una hora hasta que un Jeep ruso paso y accedio a llevarme hasta la estacion de pesado mas cercana porque ahi quizas podria agarrar un camion hacia Moron.
Rompi un pedazo de mi camisa para poder cubrir la herida, pero estaba muy preocupado que se infectara.
Al fin a eso de las 2 de la tarde llegue al hospital de Moron donde me sente en una sala de espera donde habia unos 80 personas como yo con todo tipo de heridas de machete, incluyendo a dos que se habian fajado a machetazos.

Al cabo de algunas horas me operaron en una sala de operaciones sucia mientras el medico y las dos enfermeras oian el radio a toda voz y hacian chistes.

Al salir de ahi me di cuenta de que no tenia un centavo en el bolsillo ni ninguna identificacion, y estaba negro de tizne de la cana quemada de pies a cabeza. Aun asi me puse de suerte y encontre un camion que iba en direccion a mi campamento. Como a las 10 de la noche llegue al fin al campamento sin haber comido nada en todo el dia.

De inmediato fui a ver a El Enano para decirle lo que habia ocurrido, pero el no me dejo hablar ni hacer el cuento. Siguio sentado donde estaba frente a una mesa y me dijo mi apellido con un tono despectivo.
Entonces agrego: "....Asi que te vas para La Habana...?"
Yo de nuevo trate de hablar para decirle que habia sucedido algo bastante traumatico, pero me corto y yo dandome cuenta de que era inutil, vire la espalda y me fui. Mas nunca volvi a hablarle.
Yo no entendia como este individo que estaba a cargo de la vida o la muerte de todos nosotros ni siquiera me pregunto que me habia sucedido ni como me sentia, ni si podia ayudarme en algo !!
Yo no estaba preparado para eso pues nunca habia presenciado a alguien tan desprovisto de lo elemental que nos separa de los animales.

Al dia siguiente me fui del campamento. Segundos alntes de irme uno de los segundones me dio en la mano un papel que supuestamente queria decir que yo no estaba "fugado" sino incapacitado.

Al cabo de varias horas pude agarrar el unico tren que habia hacia La Habana. Era un tren "lechero" llamado asi porque se detiene en casi cada pueblo.
En todo el trajecto de casi 24 horas solo ingeri un poco de leche condensada hervida que alguien en el tren me dio. El tren fue memorable tambien porque nos pusieron en un vagon de reses, pero que al menos tenia ventilacion y techo.

Muchos anos mas tarde este mismo personaje de El Enano se aparece en casa de una buena amiga mia, afeitado y limpio y de civil, en plan de enamorarla. Yo visitaba a esta amiga frecuentemente. Ella no sabia que clase de basura era el. El aparento no conocerme o no me conocio. Yo jamas he olvidado su rostro de rata, pues vi una foto reciente y aun tiene el mismo rostro de rata con los ojitos huidizos.

De toda esta odisea lo que saque fue la siguiente ensenanza: Algunos seres parecen humanos porque son algo parecidos fisiologicamente y morfologicamente a nosotros, pero les falta algo que diferencia las bestias de los humanos. Creo que les falta el Alma.
Ese es el caso de El Enano, quien en la actualidad vive ahi mismo en Miami, cortesia de nosotros los taxpayers.
Y si por casualidad este Enano o uno de sus familiares o allegados lee esto, pues que le aproveche muy bien porque la justicia tarda pero llega.
........................

Anónimo dijo...

Tranquilo hermano, que ese personaje está hoy en día en prisión aca en el sur de la Florida, por estafa al Medicare, cumpliendo unos añitos, junto con su hermano y parientes, al final estas sabandijas son lo que son, unos bandidos sin moral, ni ética ni decencia, que solo les interesa el bien propio sin importar el precio, por eso la justicia con ellos tarda pero llega, y eso es solo una parte del cobro del mal que le han hecho a muchos de nuestra generación.Todavía le deben más a la justicia.

Anónimo dijo...

¿ Pero ese perro enano anda por aquí ?

Ex Hnos País

Anónimo dijo...

HOLA HERMANO DE LOS AñOS....GRACIAS ME REMONTASTES UNOS CUANTO ANOS ATRAS DE LOS HORRORES Q VIVIO NUESTRA GENERACION...ES ASOMBROSO Y ADMIRABLE LA MEMORIA Q TIENES!!!YO ME ACORDABA DE TODO ESO...PERO ME DA MUCHO GORRION RECORDAR HOY ESOS MALOS TIEMPOS...

Al Godar dijo...

Coño Pong! Me jodiste. Yo esperaba algo de humor para empezar este fin de semana, y me encuentro con esto que no tiene nada de chiste...
Tienes razón. Asi mismo era. Yo no conocí al Enano, pero casi todas tus anécdotas las recuerdo con ligeras variantes. Es cierto que los muchachos se mutilaban para evadir aquella locura. Yo nunca me corté intencionalmente, pero vi a varios compañeros partir de esa manera.
Muy buena tu historia.
Pongo un enlace en mi blog.
Saludos,
Al Godar

PolO dijo...

Yo soy un cubano raro, porque nunca cortè caña, ni estuve becado o movilizado; pero coño, Pong, tu historia me tirò el alma a los pies.

Anónimo dijo...

HOLA CHINO, QUE CLASE DE HISTORIA, A MI TAMBIEN ME HACE FALTA UN GUARAPITO AHORA, QUE RICO VERDAD? ME LLAMO LA ATENCION TU HISTORIA, LAS MUJERES NO CORTAMOS CANAS, PERO AGARRAMOS UNA ESCUELA AL CAMPO OBLIGATORIA TAMBIEN TAN DIFICIL COMO LA DE USTEDES.. LOS 10 MILLONES VAN ,, ESTABA POR TODO EL PAIS, HASTA ESE ANO SE LLAMO ASI , QUE TIEMPOS DUROS PARA LA JUVENTUD, O NINEZ, ERAMOS NINOS ABUSADOS POR ESE CABRON GOBIERNO,, YO TAMBIEN FUI A CAMAGUEY A SEMBRAR PANGOLA CON SOLO 11 ANOS Y EL PANTANO DE SEMBRADIO ERA ASQUEROSO, CON EL AGUA HASTA LAS RODILLAS,,, Y LAS CUCARACHAS VOLABAN POR TODAS PARTES, YO LES TENGO TERROR ....... POR ESO JAMAS OLVIDARE ESA AMARGA EXPERIENCIA.

NOSOTRAS NO NOS CORTABAMOS, PERO HABIAN NINAS QUE SE PONIAN UNA TOHALLA MOJADA EN UN BRAZO, Y AL RATO SE DABAN UN GTOLPE Y SE ROMPIAN EL HUESO .. Y CLARO,, PASAJE SEGURO PARA LA HABANA,,, YO NUNCA LO HICE, ,, PENSE QUE MIS HUESITOS VALIAN MAS QUE EL MAL RATO DE ESTAR EN ESE LUGAR

AMIGO, LEI ESTO Y ME LLEVASTES AL PASADO...... EN MI MENTE..... HASTA EL OLOR A GUARAPO ME LLEGO A MIS SENTIDOS.. QUE DULCE RECORDAR Y VOLVER A VIVIR
TODOS LOS CUBANOS TENEMOS NUESTRA HISTORIA PARA CONTAR, AUNQUE FUERON LOS VARONES QUIENES LA PASARON PEOR CON LA CANA Y SU CORTE
GRACIAS POR COMPARTIR CONMIGO PARTE DE TU PASADO, Y LO MEJOR...........

CARAJOOOOOOOOO QUE MEMORIA TIENESSSSSSSSSSSSSSSSSSS


GRACIAS. ALEIDA

Anónimo dijo...

alfredo, esa historia es semejante a la mia pero solo cambiando a las personas y al lugar que era en Zamorana, muy cerca de la division entre las Villas y Camagüey, muy cerca tambien de los lagos de Mayajigua.

Pero las hijaputadas son muy parecidas, que manera de padecer, de aquello solo guardo un grato recuerdo que son las amistades verdaderas y duraderas que surgieron de la solidaridad y de la afinidad fundamentalmente de la musica, beatles, meme, raphael, etc. pero no te niego que no olvido el sabor del arroz blanco con chicharos y tomates verdes, ese olor me persigue hasta en el afamado Versailles.

en lo que difiere tu historia de la mia es cuando el comediante hablo de que no van van los 10 millones, para eso no se si recuerdas que escondio a unos pescadores, como siempre le tiro la culpa a los contra y a los americanos y nos cito a la fuerza a los becados para que formaramos parte de su circo, frente a la embajada americana, alli despues de destilar su veneno y trabajar para el ICRT, casi llora para decirle a nuestro sufrido y esperanzado pueblo, que los 10 millones no se podian lograr, algo que todo el que tenia 2 dedos de frente sabia, se lo habian dicho y los habia sancionado.

gracias a dios todo eso es parte de nuestra historia y hoy somos libres en el pais mas grande y en la bella ciudad del sol.

Armando

Anónimo dijo...

Oye esto te quedo buenO ,hasta me recordaste el vietnamita " La Condesa de HANOI
Saludos /Eddy

Anónimo dijo...

Creo que cada cubano de esa epoca y de un poco mas adelante tambien, como es mi caso, tenemos recuerdos parecidos, como alguien dijo antes, eramos jovenes y tambien niños abusados por esa pandilla de gangsters.
Yo tambien participe de escuelas al campo que eran verdaderas prisiones, conviviendo con salvajes mayores que yo, que solo contaba 11 años y no estaba acostumbrado a esa manera de vivir.
Nosotros tambien en una ocasion asaltamos a un dependiente que cargaba una caja con una comida digna de los campos de concentracion para ser vendida a nosotros que no teniamos dinero durante un viaje en tren de Camaguey a La Habana que duro 26 horas y que no nos dieron nada de comer. Nos dejaron completamente olvidados en un cañaveral de Camaguey, donde la cafeteria mas cercana estaba a kilometros de distancia y solo ofertaba pan con mantequilla y agua de coco. Nosotros mismos nos cocinabamos y no teniamos ni electricidad ni un agua completamente potable y asi estuvimos por un mes.
Nada, que esas cosas no se pueden olvidar.
Saludos,
Manuel

Güicho dijo...

Formidables memorias, Pong. Un texto largo que se lee de un tirón. Ese testimonio me cuadra, pues yo me libré de todo ese "placer" machetero por fiñez.
Saludos

Anónimo dijo...

Chino:
Cuando lei tu historia me vi reflejado ahi, pues me toco tambien la zafra de los diez que no fueron nunca. Florida tambien fue elo escenario donde fingi un machetazo, y con ello me gane un pase de cuarentaicinco dias para la Habana. Tambien me toco lo zapador fijate que coincidencia, me movilizaban cad vez que me tocaba para Colinas de Villarreal.
En fin me lei todo tu articulo y no me perdi detalle.
Fue muy bueno.

Quinta.

Anónimo dijo...

Estimado Pong, la memoria es parte vital de una buena narración, me he encantado leyendo todo lo que has escrito. Yo fui maestra voluntaria en la Sierra Maestra, y también tengo mi historia en los cañaverales de Camaguey; me hiciste recordar algunas anécdotas que viví y que tampoco he podido olvidar, igual que algunas caricaturas de personajeros que al pasar del tiempo quizás no pueda reconocer, pero la fotografía mental que tengo de ellos está en "vivo, en directo y a todo color"en mi memoria. Gracias por ese estupendo testimonio.

Anónimo dijo...

Pong.
Yo estuve en Heroes de yaguajay.

Pero me mandan cuatr meses a Camaguey

escuche esas historias de auto

mutilaciones, pero nunca tan relatadas al detalle.

escribeme orlando.julian@yahoo.com

Anónimo dijo...

Pong,
Yo estudie en el pre Jose Marti, y me toco camaguey en el 69, cuatro meses.
La pasamos negra, pero lo de ustedes, los militares, se que fue mucho peor.
Coincidencia. Estudie en la CUJAE Entre 1971 y 1976, asi que la Condesa de Hanoi a la que tu te refieres, tiene que ser la misma que todos conociamos.
Una aclaracion. Habia vietnamitas aun antes de que se acabara la guerra. Recogian la verdolaga que crecia debajo de los albergues,con la que hacian ensaladas, pero ademas, yo si se que durante los fines de semana se comian los perros, quizas no todos lo hacian, pero me consta. No por gusto se acabaron los perros satos que pululaban por los bajos de los "bloques".