Hipócritas, sencillamente hipócritas..(30 de junio/09)
Por Ricardo Brown
No sé que pasará en Honduras en las próximas horas. Me parece que Zelaya es un hipócrita, un demagogo. Hasta el otro día era un oligarca. Y de pronto es un defensor de los pobres. Y solo porque quiere perpetuarse en el poder, como el resto de los sinvergüenzas del llamado Socialismo del Siglo XXI. Pero tampoco me gusta eso de que los militares saquen tanques a las calles, aunque sean comprados en Toys R Us, como los que he visto en televisión frente a la Casa de Gobierno en Tegucigalpa .No me gustan los cuartelazos. Pero no voy a profundizar sobre quien violó la Constitución en Honduras. Probablemente la violaron todos. Fue un gang bang.
Ahora, si señalo lo siguiente: Zelaya se limpió el trasero con los más básicos principios de la democracia. Irrespetó a los poderes legislativo y judicial. Y desde que lo sacaron del poder, no ha habido sangre, al menos en las primeras horas. Ojala continúe así. Que no me vengan a decir que esto es igual que lo que pasó en Chile ni que este Señor Micheletti es como Pinochet. A Zelaya lo montaron en piyamas en un avión. Respetaron su vida.
Por otro lado, Chávez no tiene moral para estar condenando golpes de estado. Él mismo encabezó un intento de golpe militar contra un gobierno constitucional. Trató de asesinar al Presidente Carlos Andrés Pérez y a su familia. Murió mucha gente en aquel fallido golpe de estado de Chávez.
¿Y qué hacen estos demagogos presidentes latinoamericanos invitando a Raúl Castro a una llamada cumbre de emergencia para condenar “el golpe” en Honduras? Raúl Castro es parte de una dictadura familiar que lleva más de cincuenta años en el poder. En Cuba no hay ni el asomo de democracia.
Todos estos presidentes que se reunieron en Managua son una partida de hipócritas, inmorales, ineptos, corruptos. El anfitrión –Ortega- es un borracho ladrón que violó a su hijastra. El director de la orquesta –Chávez- es un guapetón de barrio, primitivo, déspota, corrupto. Y el invitado de honor –Raúl Castro- es un viejo degenerado y asesino que es el segundo en línea de una dinastía que acabó con un país. Un dictador militar que se hace llamar "general del ejército," con el pecho lleno de medallitas que nadie sabe en que batallas ganó. Una nueva versión de "Chapitas," el nefasto Trujillo.
La política es una mierda en cualquier parte del mundo. Los políticos suelen ser unos cabrones. Lo mismo en Miami que en España, Gran Bretaña o Senegal. Pero en América Latina, la política y los políticos son lo peor.
Durante mucho tiempo se vivió en América Latina la época de los dictadores de derecha. Las juntas militares, cómplices de las oligarquías. Eran regímenes asesinos y corruptos. Pero esta llamada nueva “ola democrática” también es una mierda. Todos estos tipejos del llamado Socialismo del Siglo XXI son ególatras, déspotas, acomplejados, inmorales, despreciables. Se disfrazan de demócratas, pero son iguales o peor que los dictadores derechistas del pasado latinoamericano.
Yo no le veo muchas posibilidades al gobierno de Micheletti en Honduras. Le van a poner una presión económica y diplomática insoportable. Probablemente regresará al poder el sinvergüenza de Zelaya, ese oligarca explotador que abrazó esa mescolanza inmunda que llaman el socialismo del Siglo XXI, para poder entronizarse como Emperador de Honduras.
Todo esto da asco. Un Chávez, que fue el primer dirigente en llamar a Ahmidenejad para felicitarlo por robarse exitosamente las elecciones en Irán, un golpista frustrado que quiso asesinar a un presidente constitucional, dirigiendo ahora un movimiento supuestamente para defender la “democracia constitucional” en Honduras. Un Raúl Castro, asesino y ladrón, unido al coro, dando alaridos allí en Managua con esa insoportable voz de alcoholico hediondo. Un Daniel Ortega, pederasta, borracho, nepotista, de anfitrión de esta reunión de delincuentes.
Ojala no corra la sangre en Honduras. Ojala ese pueblo pueda encontrar el camino de la libertad y la prosperidad.
Ojala algún día América Latina verdaderamente pueda ser el continente de la esperanza y tener gobernantes con un mínimo de decencia y capacidad administrativa.
Hasta ahora, salvo algunas excepciones, lo que le ha tocado a América Latina es la escoria en el poder. Y este es uno de los peores momentos de nuestra historia. No hay idealismo, no hay capacidad, no hay nada que no sea hipocresía corrupción y ambiciones desmedidas en las cúpulas del poder.
Esa cumbre de hienas y buitres en Managua es la mejor evidencia.
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